VICE

Desentramar los secretos que hay detrás de la política y de los grandes momentos en la historia siempre resultará un tema atractivo para la mayoría de personas, pues significa desenmascarar los rostros que mueven los hilos del mundo y entender el porqué de situaciones que conmocionaron a la opinión pública en su momento.

De esto trata Vice: más allá del poder, la reciente película del guionista y director Adam McKay, que aborda la vida personal y política de quien fue en su momento uno de los hombres más activos y al mismo tiempo más desapercibidos del país que se autodenomina “el más poderoso del mundo”.

Christian Bale (después de tener una transformación física impresionante como acostumbra antes de cada uno de sus films), interpreta magistralmente a “Dick” Cheney, el vicepresidente número 46 de los Estados Unidos durante la presidencia de George W. Bush, del 2001 al 2009. Hemos de recordar que durante dicho periodo sucedieron cosas terribles como los ataques a las torres gemelas, la guerra orquestada metódicamente contra Irak, entre otras cuestiones que quedaron en el limbo.

Generalmente, estos temas son tratados con mucha seriedad, y han sido motivo de documentales y grandes dramas para la pantalla grande, sin embargo Vice lo aborda de manera diferente. Con un ritmo constante que lleva consigo un narrador durante sus poco más de dos horas de duración, la película hace uso del humor, entre escenas y diálogos podemos ver un tono satírico hacia los personajes, un evidenciamiento de las acciones que llega a ser por momentos hilarante y por momentos shockeante.

Vemos de principio a un Dick Cheney que parece no tener futuro, un alcohólico sin oficio ni beneficio que está a punto de perder a su novia (interpretada por Amy Adams) hasta que ella le pone un alto y lo amenaza con dejarlo. Impresionantemente, él decide cambiar y terminar su carrera en Ciencias Políticas para desde ahí apuntalarse poco a poco en puestos importantes.

Ya en el desarrollo de la película podemos encontrar a un personaje que dista mucho en sus acciones, pues por un lado es amoroso y protector con su famila y por el otro orquesta planes maquiavélicos sin reparar en las muertes que esto implique. Siempre escondido tras la figura del presidente, muy en las sombras y en silencio toma decisiones de impacto global, cambiando totalmente la dinámica y aumentando el poder al máximo de un porcentaje muy bajo que originalmente tenía el puesto de vicepresidente, dejando a Bush fuera de sus `Jaque Mate´.

Nos encontramos ante una película de las que se agradecen, pues, aunque no toca temas ligeros te va llevando de la mano por los hechos con un singular estilo, un constante misterio sobre quién nos narra, creativas ilustraciones y metáforas, oportunos cortes temporales y una resolución contundente que rompe la cuarta pared. Sin duda no estamos ante una película que pasará desapercibida, no le sobra ni le falta, no pretende humanizarte, adoctrinarte o villanizar por completo a los personajes, por mencionar otros de sus aciertos.

Incluso, al inicio y en medio de la misma se advierte (respetando el tono humorístico) que hay ciertos datos que por obvias razones no se pudieron recabar, pero que se hizo el mejor ´fucking´ esfuerzo para mostrar la historia real, como un biopic que se respete debe hacerlo.

Detalles como este, además de las actuaciones de Amy Adams, Steve Carell, Sam Rockwell, Bill Pullman, Jesse Plemons que seguramente amarás, la hacen acreedora a 8 nominaciones al Oscar: mejor película, mejor director, mejor actor, mejor actriz de reparto, mejor actor de reparto, mejor guión original, mejor maquillaje y mejor montaje. Y cabe destacar que no hay rubro que se ve opacado.